El administrador de tareas de Windows –Task Manager– es una de las aplicaciones internas más antiguas del sistema operativo de Microsoft. Una herramienta de gestión muy útil para profesionales o usuarios medios-avanzados que quieran controlar a fondo el funcionamiento de su equipo o resolver algunos problemas que se derivan de su uso.
La aplicación fue una de las herramientas internas más mejoradas en el lanzamiento de Windows 10 y Microsoft ha ido añadiendo novedades en cada una de las actualizaciones.
La última se ha incluido en la última versión publicada para Windows 10 20H1 que está a prueba en el canal Insiders y se trata de una pestaña de rendimiento que ahora distingue entre discos duros, unidades de estado sólido u otros sistemas de almacenamiento conectados a cada equipo. Un añadido más a una herramienta potente que contempla diversos usos que te vamos a recordar.
Acceso al administrador de tareas de Windows
Acceder a la herramienta es sumamente sencillo y se puede realizar de varias formas, incluyendo el uso de atajos de teclado:
- Ctrl + Alt + Supr. Este es el método que casi todo el mundo conoce, pero no es el más rápido porque en Windows 10 no se inicia directamente el y tendrás que hacer un clic adicional para ponerlo en marcha.
- Ctrl + Shift + Esc. Más directo que el anterior, lanza inmediatamente el administrador de tareas y además tiene la ventaja que por la posición del teclado se puede ejecutar con una sola mano.
- Barra de tareas. Si haces clic derecho con el ratón en la barra de tareas hay una opción para acceder al administrador.
- Menú de usuario avanzado. Otro acceso rápido utilizando el ratón. Haz clic en el botón derecho en el botón de inicio para acceder al menú avanzado y también encontrarás este Task Manager.
- Ejecutar. Pulsa el atajo de teclado Win + R y escribe el comando “taskmgr”.
Funciones del administrador de tareas de Windows
- Comprueba por qué la aplicación está congelada. Es la razón más común para abrir el administrador de tareas de Windows. Con la última versión no solo se puede finalizar la aplicación sino que cuenta con una nueva función denominada «analizar» que puede ayudar a identificar el problema y evitar tener que liquidar la aplicación por fuerza bruta, los que puede resultar en pérdida de datos.
- Reiniciar el explorador de Windows. A veces algunas partes del sistema no están respondiendo (barra de tareas, explorador de archivos, Inicio, etc.), mientras que otras aplicaciones se están ejecutando bien. Reiniciar el ordenador va a resolver el problema, pero puede ser suficiente con reiniciar el explorador. El administrador de tareas tiene ahora una acción especial para ello. Si la usas finalizará la tarea y reiniciará automáticamente.
- Monitor de rendimiento y recursos. Aquí es donde el administrador de tareas de Windows 10 realmente brilla. No sólo proporciona una visión general de todos los procesos en ejecución y las aplicaciones sino que tiene varias herramientas para supervisar eficazmente el rendimiento del sistema y cómo se asignan los recursos. Incluye un montón de información, desde el monitor de recursos (RAM, procesador…) que ofrece visualización de datos en tiempo real; información de diagnóstico con logs que puedes compartir para evaluaciones; detalles de red y otros recursos de interés.
- Búsqueda en línea de procesos sospechosos. Es posible que en ocasiones veas procesos desconocidos en el administrador de tareas. La mayor parte serán legítimos pero si no te fías, puedes comprobarlo haciendo clic sobre el proceso sospechoso y activando la búsqueda en línea. Esto iniciará una búsqueda en el navegador con el nombre de la aplicación y el nombre del proceso, y ayudará a determinar si es o no es seguro o malicioso.
- Agregar columnas adicionales para más detalle. Por defecto, el nuevo Administrador de tareas de Windows 10 sólo muestra cinco columnas cuando se enumeran los procesos: Nombre, CPU, memoria, disco y red. Si bien son los más importantes, en realidad puedes añadir hasta seis columnas más simplemente haciendo clic derecho en el área de encabezado. Todos ellos pueden ser útiles en la situación correcta, particularmente el nombre del proceso porque facilita la detección de aplicaciones sospechosas por su nombre de proceso.
- Cambia entre valores y porcentajes. Al navegar por la lista de procesos, la columna de la CPU puede mostrar porcentajes, pero en las otros tres columnas por defecto puedes cambiarlas a valores absolutos, más útiles en alguna situaciones. Simplemente haz clic derecho en cualquier proceso, ve al submenú de recursos y podrás intercambiar entre uno y otro.
- Administrar aplicaciones de Windows fácilmente. El administrador de tareas está lejos de ser la mejor herramienta de gestión de ventanas pero tiene un par de acciones que pueden resultar útiles. Para acceder a ellos, hay que hacer clic en la flecha desplegable junto a la que desea administrar. Las que funcionan ofrecen cinco acciones, desde traer al frente, maximizar, minimizar o finalizar la tarea.
- Ubicación de archivos de la aplicación abierta. A veces es complicado navegar a la ubicación de instalación de un programa en particular. El explorador de archivos es la opción general pero si la aplicación se está utilizando, desde el administrador de tareas puedes acceder a ella en tiempo récord. Simplemente haz clic en cualquier proceso y selecciona «abrir ubicación de archivos». Ésto le llevará directamente a la carpeta que contiene el archivo ejecutable del proceso. Funciona para aplicaciones, procesos en segundo plano y procesos de Windows. Rápido y práctico.
- Inicia el símbolo del sistema directamente. En el administrador de tareas puedes ir al menú Archivo y seleccionar «ejecutar una nueva tarea» para iniciar el cuadro de diálogo ejecutar. La mayoría de la gente que usa esta herramienta lo conoce porque es una de las maneras de reiniciar manualmente un explorador congelado en versiones anteriores de Windows. Lo que no todo el mundo sabe es que puedes acceder de la misma manera a la consola de Windows simplemente manteniendo pulsada la tecla Control. Muy útil.
- Función Inicio del Configurador del sistema. En Windows 10, si ejecutas el comando «msconfig» para configurar el sistema, verás que la función de inicio se ha trasladado al administrador de tareas. Es la herramienta que nos permite configurar las aplicaciones que se iniciarán en el arranque. La herramienta ofrece información del impacto de cada aplicación en el rendimiento del sistema y permite desactivarlas de inicio.
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